Nosotros,
militantes del Partido Aprista Peruano, Partido del Pueblo, luego de analizar, discutir
y reflexionar sobre el contexto y desafíos que se le presentan a nuestro
Partido después de los resultados de la consulta popular de revocatoria de
autoridades municipales del 17 de marzo en la ciudad de Lima, nos dirigimos a las
bases de en Lima Metropolitana, a su CEN, a su Dirección Política y a la
opinión pública, a fin de manifestar lo siguiente:
1.
La
consulta popular del 17 de marzo significó una derrota para Susana Villarán toda
vez que un promedio de 20 regidores de Fuerza Social han sido revocados, y
porque la permanencia de Susana Villarán obedece no a un reconocimiento de su
gestión edilicia, sino más bien, a que la mayoría de limeños juzgó que la
revocatoria y tres alcaldes en un mismo periodo era un gasto inútil de dinero, razón
por la que Lima perdería tiempo y se paralizaría, argumentos que fueron muy
bien vendidos por la campaña del NO. La destitución de los 20 regidores de
Fuerza Social no hace sino confirmar el descontento de los limeños frente una
pésima gestión municipal.
2.
Asimismo,
la continuidad de Susana Villarán se debe fundamentalmente al desorden en la
Campaña del Sí, que tuvo su pico en el debate, generando una sensación de
anarquía, vacío y suficiencia que se agudizó en el último tramo de la
campaña. Si la gestión de Susana Villarán
después del domingo 17 es una cabeza sin cuerpo, el Sí, antes del domingo 17 de
marzo, era una masa sin cabeza. Solidaridad Nacional se mostró sin organización
ni asesores y sin voceros eficientes, en contraposición a un PPC que pasó de opositor a aliado y apostó su capital político por
la continuidad de la gestión de Susana Villarán.
3.
El
Partido del Pueblo volvió a ocupar un
sitio en el mapa político de Lima, enganchándose con ese 55% de la población de
Lima que después de la consulta popular, sigue desaprobando la gestión de la
alcaldesa. Sin embargo, los resultados también nos dejan algunas lecciones,
como el riesgo de confiar nuestra suerte en fuerzas que no son propias y el
mandato del pueblo sobre la necesidad de no improvisar, actuar con
responsabilidad y presentar una propuesta que permita alcanzar un gobierno
municipal con capacidad ejecutiva.
4.
Quienes ahora proponen eliminar
la revocatoria son los mismos que la impulsaron o guardaron silencio durante 15
años porque los alcaldes o regidores revocados no eran de sus filas. Habría que recordarles que la reciente
consulta popular ha sido la octava llevada a cabo en nuestra historia electoral
y que en las siete anteriores fueron revocados 210 alcaldes y 847 regidores. Sin
duda la revocatoria es una institución que puede ser modificada, como tendrían
que ser revisadas antes las normas que regulan el ingreso y salida al sistema
político de los movimientos que se organizan en torno a intereses personales o que
se constituyen en empresas familiares.
5.
En
el marco de un proceso que implique su renovación, el Partido debe participar
en los próximos procesos electorales municipales recomponiendo su unidad y renovando
los liderazgos. Sus candidatos deben ser representantes de las bases, profesionales
y técnicos, con la experiencia y capacidad necesarias, conocedores de la gestión
municipal, comprometidos con las necesidades de las nuevas clases medias y
sectores populares limeños, dispuestos a renovar las formas de acción política,
e involucrados con objetivos políticos y no con personas. La participación del
Partido debe buscar su reposicionamiento electoral en Lima, asegurando la
presencia de una célula municipal en el Concejo de Lima que ejerza una
oposición responsable y se constituya en una alternativa de gobierno municipal
frente a la izquierda extrema y a la derecha liberal.
6.
En tal sentido, la
elección de nuestros candidatos debe realizarse mediante el mecanismo “un
aprista, un voto”, incrementando la participación de todos nuestros afiliados
en la toma de decisiones y accionar del Partido, profundizando la democracia interna,
y debe efectuarse sobre la base de Tribunales Electorales que garanticen la
realización de elecciones limpias, bajo la supervisión de la ONPE y
Transparencia.
7.
Finalmente,
reafirmamos nuestro compromiso de trabajo por la UNIDAD y RENOVACIÓN PARTIDARIA,
impulsando la participación política desde las bases, con autonomía y
transparencia y manifestando nuestra
adhesión a principios y no a personas.
Casa del
Pueblo, 01 de abril de 2013.
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